Han
pasado muchos meses, y aun no hay Emperador.
Se
han marcado las líneas; Los Vientos están divididos. Naseru reúne
a quienes le apoyan en Otosan Uchi. Kaneka construye sus fuerzas
en Yasuki Yashiki. Tsudao continua su cruzada contra los Tsuno
que, de tener éxito, le hará la heroína de todo el Imperio.
Incluso el distante Sezaru ha entrado en la arena política,
viajando hasta los templos de los Dragón en busca del apoyo de
ese extraño clan.
Algunos
ronin te dirán que un tiempo de disputas como este es una
oportunidad excelente de empleo. No estoy de acuerdo. Los tiempos
de tumultos son los más difíciles para los que son como
nosotros, los que no tenemos señor, ni aliados de los que hablar.
Muchos encuentran más fácil culpar de sus problemas a un extraño,
y los magistrados apenas se molestan en investigar la desaparición
de unos pocos ronin. Ten cuidado.
Y
aunque encuentro difícil compartir la excitación de hombres como
Kihei, admito que hay un olor a oportunidad en el aire. Kaneka
reune un ejército, como hizo una vez su padre, con la intención
de traer paz al Imperio. El Clan del Mono no eran más que ronin
una vez, y ahora son prácticamente una familia Imperial. ¿Quizás
lo que pasó antes pueda pasar de nuevo?
Kaneka
podría decir que no es el mismo hombre que fue su padre. Creo que
se acerca lo suficiente.
Kaeru
Kenko
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