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La Calabaza de Sake
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Torneo de Elección del Consejo Elemental 2003

Ojos de Niño

Palacio del gobernador, unos meses atrás...

El hombre de púrpura era muy divertido. Para ser un gobernador, desde luego. No es que Suzuko conociera muchos gobernadores, en realidad conocía a la gobernadora, pero la vehemencia y la decisión con lo que decía todo era muy interesante. Muy diferente a las verdades sobre mentiras entre suposiciones con insinuaciones que oía a los cortesanos del palacio.

No es que no le gustara o no supiera cómo desenvolverse en una corte. Muchos se sorprenderían de lo que una niñita de ocho años sabía sobre la vida del Palacio. Pero claro, también tenía una buena maestra. Su querida tía, que estaba ahora hablando con el gobernador y un hombre, vestido de negro y naranja, bautizado enseguida como "Mediallama-sama"

Se acercó con cuidado a los presentes, llevando un delicado juego de té. Su kimono rosa nacarado hacía juego con pálida tez y contrastaba realzando sus grandes y hermosos ojos verde esmeralda. Con una reverencia, sirvió el Té.

- La cruzada contra el Mal debe empezar casi de inmediato. Nos hemos vuelto blandos, apoltronados en esta paz. Mientras tanto, el enemigo entrena. Si no nos preparamos, puede que nos cojan por sorpresa - las palabras de Selane salían claras de su boca, convencido de lo que decía.

- No creo que haya que preocuparse tanto - la voz despreocupada de Minamoto no Isawa tomo el cargo de la conversación. - Disfrutamos de paz, y no recuerdos incidentes con monstruos de las Tierras Sombrías en bastante tiempo. Creo que esto es un acto precipitado. Podemos aumentar los exploradores y las medidas defensivas, pero una cruzada me parece excesivo.

- La información es siempre importante, eso es indudable - la voz de Shosuro Hanako entró en la conversación suavemente, con una nota de aceptación a las palabras de Minamoto - pero estoy de acuerdo con mi prometido. Bajar la guardia ante el Enemigo es dejar que venza. Debemos tomar medidas.

- Ya he mandado emisarios a los clanes sobre la cruzada. Que empiecen a preparar a sus ejércitos.- asintió Selane.

- Habrá que dejarles tiempo para hacerlo. Es difícil arrancar la maquinaria de la guerra. Si les has avisado, quizás dentro de medio año podemos empezar a discutir los planes. - la voz de Mediallama-sama era agradable, con un tono de sabiduría. - Esperaremos a ese momento para continuar esa conversación, aunque no lo entiendo mi presencia aquí, pues soy sólo un shugenja.

- "Sólo" no, estimado Minamoto, Maestro del Vacío. - dijo Shosuro Hanako, remarcando la palabra - Sois bastante más. Pero vuestra presencia aquí tiene mucho que ver con la conversación. Se va a convocar la Celebración de un Concilio de Maestros Elementales cuando se celebre la reunión con los clanes. No estaréis "solo". Y seis meses son demasiados. Intentaremos que "la maquinaria" se ponga en marcha pronto.

- ¿"Concilio"? ¿ Acaso hay más Maestros en Madrid Shiro? - preguntó Mediallama-san, alzando una ceja, escéptico - No estaba informado de ese dato.

- No en titulo, quizás en corazón. Pero eso se verá próximamente. Se prepara un torneo que lo decidirá.

- Espero presto el momento - dijo Minamoto, despidiéndose de los gobernadores con una reverencia que ocultó un breve brillo rojizo de sus ojos.

 

Unos días después...

Hay zonas que no son recomendables y zonas peligrosas, pero pasear a medianoche por aquel sitio era la definición exacta de suicidio. O eso le habían dicho sus amigos a Hoji. Pero él estaba decidido a permanecer allí toda la noche. Les demostraría que tenía valor.

El pequeño claro donde se solían realizar las piras funerarias estaba localizada en las colinas cercanas a Madrid Shiro. Infinidad de leyendas, la mayoría inventadas, hablaban de hambrientos gaki rondando el lugar, de tentadores y hermosos espíritus del bosque demoníacas que llevaban a los hombres a la perdición.

Hoji agarró fuertemente su espada de madera. No debía tener miedo. Tenia 11 años, era hijo de samurai, y era valiente. De repente, escuchó un ruido a su espalda, y se lanzó de cabeza a los arbustos. Era valiente, no idiota. Aunque ir allí no había sido la mejor idea de su vida.

Una hermosa figura estaba en el centro del claro. Era misteriosa y oscura. De largo pelo negro, su larga cara pálida era suave y su aspecto acogedor. Vestía de rojo y púrpura con un extraño collar de objetos redondos y verdes. Viendo que eran medallones de jade, Hoji decidió que de mayor tendría una mujer como esa. Rica y guapa. Iba a adelantarse a preguntarle quien era, pero recordó la historias de los espíritus malvados del bosque. Un escalofrío recorrió su espalda al notar que la figura flotaba levemente sobre el suelo.

Un pequeño susurro fue todo lo que escuchó antes de que una mano fuerte le agarrara del cuello. Quiso reaccionar, pero estaba paralizado. La mano lo giró, y vio dos ojos que brillaban con fuerza, pertenecientes a un hombre con kimono negro y naranja.

- Al parecer tenemos un pequeño invitado - dijo Minamoto, con una sonrisa helada. Hizo una pequeña pausa, como si esperara que el paralizado chaval respondiera. Después avanzó hacia el claro, para encontrarse con la figura.

- Sahai-sama, hay problemas en Madrid Shiro. - dijo, flexionando una rodilla ante la imagen - se prepara una cruzada. He intentado demorarla pero ah sido imposible. Además, se va a organizar un evento que nombre a los Maestros Elementales. Tenemos que actuar.

- Actuaremos, mi fiel servidor, actuaremos. - dijo Sahai con voz extremadamente suave. - Confío en que actúes adecuadamente. Necesitamos que nuestra gente esté en ese grupo.

- Haré lo imposible para revalidar mi posición - se apresuró a confirmar Minamoto - hay gente en otros clanes de nuestra causa que pueden ayudar. Pero la competencia es fuerte. Habrá que encontrar la forma de eliminar a los más peligrosos del torneo. El Maestro Shimura, el bibliotecario Gesseri ... Incluso la gobernadora podría participar, y es difícil mantener las sospechas bajo control.

- Pues esfuérzate, pero así tiene que ser. - el tono era tan delicado que Minamoto tragó saliva - Me encargaré de que Shimura esté ocupado con alguna pequeña tarea, pero lo demás es asunto tuyo. Hoy, juntos, encantaremos algunos objetos para que den a su portador protección contra posibles eventualidades. No debéis ser detectados usando el poder del maho.

- Por supuesto, mi señora. ¿Pero como engañar a los Kami para que hagan eso?

- La inocencia llama a la inocencia, Minamoto.- Con voz maternal, se dirigió al aterrorizado Hoji - ¿nos ayudarás, pequeño? Te aseguró que no lo notarás...

Fueron las ultimas palabras que Hoji escuchó. Pero pudo verlo todo hasta el final. Pero no pudo gritar cuando su sangre fue derramada.

Las voz del los portavoces llenaron el claro. La magia de sangre comenzaba.

 

El día del Torneo elemental de Shugenjas...

-¿Shimoko, puedes dejar de hablar al aire?. Las personas se molestan si ríes de repente. Parece que estás riéndote de todo y todos.

- Pero Maestro, ¡es que los kami son tan graciosos! Me han contado que... - dijo la pequeña shimoko, casi haciendo pucheros por haber sido reprendida.

- Shimoko, no todo el mundo puede ver a los kami, y menos a tu edad - dijo Shosuro Gesseri sin aminorar el paso entre las calles de la ciudad - con lo cual parece que eres una chiquilla loca. No podemos retrasarnos, el torneo está a punto de comenzar.

- ¡Que bien! Será muy divertido - botó la pequeña Shimoko, los ojos verdes iluminados. Se apresuró para no perder el kimono negro y rojo de su tutor.

- Tendrás una buena posición para verlos. Me han nombrado Juez del torneo, así que estarás viéndolo todo. Será algo impresionante. Nunca que ha convocado aquí y todos lo esperan con impaciencia. Aprenderás mucho este día, Shimoko. Además, servirás de mano inocente si fuera necesario alguna elección.

Shimoko se miró la mano. Ella no veía la inocencia. Se rió, y los kamis del aire con ella, provocando una pequeña brisa que barrió las hojas del suelo.

Llegaron al lugar del torneo. Los ojos verdes vieron los kamis en cantidades inmensas, rodeando a figuras de kimonos de todos los colores, que se preparaban para defender su nombre.

Llegaron los demás jueces y el Gobernador. Shimoko recordó que la Gobernadora había sido raptada. Se preguntó donde estaría.

A una señal de Selane, su voz fue amplificada por la magia.

- Que de comienzo el Torneo que decidirá a los Maestros elementales del Madrid Shiro.

El poder crepitó en el aire. Estaban preparados.

 

Continuará...